No solo me enamoré de vos. Me enamoré de la ciudad cuando despierta, que se parece cada vez más a tu cuerpo. En la calle el ruido es como esas horas en las que los dos callamos, porque cada quien se imaginaba el fin (por decir el comienzo del recuerdo, que quizá es la parte más dulce de un amor) a su manera. El calor del día es un eufemismo de nuestros minutos de pasión, lugares perdidos.
San Salvador, 2009.
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