noviembre 15, 2010

Selig


Debido a la reciente inserción en la diáspora salvadoreña o, lo que es lo mismo, mi propia y auténtica migración a tierras nórdicas, he tenido que acostumbrarme de manera rápida a las nuevas usanzas y sobre todo, al nuevo idioma. Y aunque muchos dirían que el alemán es simplemente "algo así como el inglés, pero más rudo", la verdad es que en la práctica demuestra ser mucho más desafiante (resulta hasta un poco ridículo tener que aprenderse todos esos artículos totalmente arbitrarios y todas las excepciones a las reglas). Así que, como debo dominarlo en poco tiempo, he decidido cambiar casi todas mis actividades a la lengua norsa.

Un día de estos, con todo lo anterior en mente, entré en "Sechsundzwanzig Studio", una tiendilla de discos usados. Encontré verdaderas joyas (un par de vinilos de John Coltrane y Jaco Pastorius)y cajas infinitas llenas de discos a inmejorables precios. De alguna manera me hice entender y conseguí un disco de una banda alemana de moderado éxito: Selig, o en español, "dichoso".

Ninguna canción me dejó con ganas de pasarle una segunda inspección, a excepción de "Glaub mir", que definitivamente no daba para terceras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario